
Las personas encargadas de realizar esta televisión basura suele ser experta en como influenciará su contenido en una persona y el impacto que tendrá sobre ella, para así poder averiguar mediante encuestas si realmente ese tipo de programa resulta rentable o no. Y si no les fuese rentable sería porque hay gente que no busca pasar las horas delante de una pantalla contemplando unas vidas lujosas y ansiadas a las que aspiran. Esas vidas a las que aspiran las consideran lejanas e imposibles de alcanzar, y generan una sensación de evitar el esfuerzo por conseguirlo ya que pensamos que no lo vamos a alcanzar. Lo que no sabemos es que esa idea se nos infunde en nuestras cabezas debido a la sociedad que nos rodea y en la que nos criamos.
Meternos en como se consigue este efecto sería alargar muchísimo más el post. Y al igual que ocurre con los medios de comunicación, sucede con nuestras tradiciones y estilos de vida arraigados al lugar en el que vivimos. Los tabús hacen que tengamos preconcebida en nustra cabeza que algo está mal. Muchos de ellos tienen sus fundamentos históricos, pero no nos paramos a pensarlos porque desde que nacemos los incorporamos en nuestra forma de pensar de forma casi automática. Puede que nos encontremos con que más de una tradición carece de sentido o de fundamentos en la actualidad.
Hoy en día los que mandan a simple vista son los políticos, pero en realidad los políticos no hacen más que ajustarse a las necesidades de una sociedad y prometerles cosas que nos interesan para ganarse nuestra confianza. De este modo somos nosotros los que ponemos las reglas y ellos los que "juegan a gobernar". O ¿es que no elegimos a nuestros representantes (al menos en España)?.
Si esta idea la planteamos desde un principio hipotético en el que nadie haya tenido influencias de los medios de comunicación y desconociese a que lado se corresponden sus ideas, puede que el concepto de "izquierda" o "derecha" cambiase radicalmente con respecto al que tenemos ahora.
Pero en la realidad cada partido político lleva el color al que identificamos con un ideal, incluso cuando estos contradicen sus propios principios. ¿Acaso lee mucha gente el programa electoral?, desgraciadamente no. Y tenemos aunque muchos no lo quieran, admitir que tenemos unos prejuicios que nos han llegado de la sociedad en la que vivimos.
Conclusión:
Nuestros antepasados y nosotros somos los titiriteros que han originado todos los prejuicios e ideales que se pasean por la calle, el problema es que ahora cualquier listo puede ponerse al mando y dirigir a toda una sociedad muy limitada por la serie de prejuicios que tienen, y sobre los cuales apenas nos detenemos pensar. Y así un político básicamente es como el padre que se queda a dormir con el hijo (el cual obedece a su padre y le considera como modelo a seguir) que tiene miedo a quedarse a dormir en la densa y tenebrosa oscuridad.
La pregunta es: ¿serán las próximas generaciones lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a la sociedad actual, y así cambiar esta mentalidad reinante plagada de ideas preconcebidas?.
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